NUESTRO HUMILDE Y SINCERO HOMENAJE A ENRIC BOADA por Ramon Marpons
Enric Boada dedicó su vida a la investigación sobre el ser humano, desde todos los ámbitos: desde la religión, la economía (estudió económicas en París), la política, la ecología, el yoga y el zen (de los que fue profesor hasta el final de sus días)… Hablaba cinco idiomas y su curiosidad le mantuvo al día de todas las novedades del ámbito cultural y académico.
Nos propuso trabajar sin descanso para el conocimiento profundo del ser, con el yoga y la meditación como base; y también las capacidades y actitudes sociales que nos permitan dejar atrás de una vez tanto sufrimiento inútil. Que cada ser humano pueda experimentar la vida en todo su esplendor, como solía decir; utopía, sí, pero las utopías se pueden hacer realidad si nos las creemos.
A finales de Noviembre presentó su segundo libro: «¿Imbéciles para siempre?» donde profundiza en sus propuestas de plantear nuevas formas de organización humana, para superar los desastres medioambientales y garantizar la vida en la Tierra para las nuevas generaciones. Un mundo sin fronteras nacionales, ni lingüísticas, ni culturales, ni religiosas.
¿Dónde se puede vivir? y ¿cuántos podemos vivir sin agotar la capacidad de regeneración del planeta? Éstas y otras preguntas son la base de este libro.
En el primero, «Cuando morir sea una fiesta», nos habla de aprender a morir habiendo vivido, gozado, experimentado. Superando la mezquindad del interés personal, por la mirada ancha del primer astronauta que vio desde el espacio el planeta Tierra en su totalidad, esta maravilla de formas y colores, nuestra casa común.